Y es que se estremecen las palabras en mi garganta al
entonarse, quizás, tú nombre prohibido, al pronunciarse, en silencio, se rasgan en
tensión las cuerdas de mis músculos, en espasmos revienta mi corazón.
Es pasión, no, sin embargo, amor, crueldad intolerable de
verte.
Es deseo, desesperación y estás tan lejos que no puedo
pensar en cuando volveré a verte, y muero tanto, respiro, hinco mis uñas en la carne y
sediento de admiración sueño con meterme en tus adentros. No es amor, si es,
debe de ser malo, porque me desangra, me arrodilla a tu paso y quiero besar las
huellas de tus zapatos, perderme, para siempre, en tu sombra.
Es locura. Y lloro, grito, muero, sangro … ¡oh como admiro tus dos pupilas azules!
Es dolor profundo, homicida de querer y no poder, de saber
que es... y más te deseo, me desborda la desesperación, escucho
la voz del adiós, hasta el próximo día.
Cuánto muero cuando te pierdo, tremendo
amor,