Se mancharon mis dedos de tinta roja, lamí mis extremidades con ansias insatisfechas y recordé que ya nunca más, nunca jamás podría volver a sentir esa soledad recorrer mi espalda. Ese sentimiento de soledad y anhelo que embriaga. Ese soñar enojado.
Atardece...
Y todo es rojo, el sol muere poco a poco derramando sus rayos sobre el horizonte tiñiendo el cielo apasionadamente gritando agonías, viendo como lo traga la noche. Siento mi sangre galopar entre mis carnes y tengo sed. Pienso en mi cárcel, voluntaria esplendorosa e imagino lugares donde ir. Y me limito a aferrar lo único que me queda, mi mente.
Audiocuento
Hace 5 años
2 comentarios:
wevos... me embargan las imágenes del film que has hecho, me siento como cuadraplégico, no se si erre pero me lleno de ansiedad y miedo, creí fiel por un instante que lasa manos no me respondían, me asombras, me da miedo y me gusta
Enhorabuena, sigue publicando.
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