Susúrrame al oído hiena siempre risueña,
Brisa aguileña que levemente me sobrevuela.
Susúrrame al oído, viento, y sóplame el escote,
cándido y apetecible, rumor de exceso. Agitados
inconscientes alaridos, no si fue susurros,
tintados de rojos y ocres, espejos de otro mundo.
Acaríciame la oreja con atisbos de sueños,
cántame aquella nana de guerra,
y suavemente, tus labios, con mi lengua.
Oh, viento, llévate mi suspiro colorado,
llévate mi piel y mi sangre.
Adiós, rugido fragante, brisa sugerente
Verde tan brillante.
Audiocuento
Hace 5 años
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