martes, 21 de abril de 2009

Cierro, y arden,
Saboreas mi infinito,
¡tanto lo deseas!
Se engrandece, estalla.
Mi dos galaxias ansías,
Y el no como puñal te desgarra,
Y el no como puñal te desgarra,
Lo pides, lo aúllas,
Cómo lobo enfurecido de ojos de cristal.
Pienso: ¿podrá la lujuria matar?

viernes, 20 de marzo de 2009

Son ellos, los dos, los tres,
Sin más ya no les ves,
Corren, al compás, al trasvés,
Míralos ahí están los tres,
El dolor, el temor y la lujuria,
Ya tiritan los niños,
Niños del más del menos
Gritan están gritando,
El grito del salvador,
Escúchalos,
Acurrúcalos en tu regazo niebla,
Porque aun,
Aun siguen llorando.
El grito del silencio revienta mis oídos,
Y por mas que lloro me alejo hasta el infinito,
La incertidumbre se abalanza sobre mí,
Y el pesado mundo descansa sobre mis hombros,
¿quién me regala una respuesta?
¿quién me abruma con la sabiduría?
Si por más que escucho sigo sin oir nada.
¿Qué será de mí?
¿Qué será de ti?
¿qué será del todo sin nosotros?
¿Y dónde esta aquella hoja de papel
en la que empezamos a escribir nuestro futuro juntos?
Si hoy, hoy, todo es mentira,
Y la nada de la circunstancia
Ha borrado lo bueno que había en nosotros.
Despedazándome el corazón,
Arrancándomelo y haciéndomelo tragar;
Mi ser revienta en sexo,
Y no te puedo ni siquiera oler.
Que triste vida merezco,
Ojala la muerte padeciera,
Me esfumase, me perdiera.
Ardo en incertidumbre,
En pesar, en venganza.
Te escucho demonio,
Te apoderas de mí cada vez,
Y cada vez me ciegas,
Me dejas sedienta, sedienta de ti,
De tu sangre.
Admiro mi futuro, lo veo en mi mano,
En la tuya,
Sé que me espera sufrimiento,
Pero qué amado sufrimiento es
El infierno.